¿ES POSIBLE VIVIR SIN APEGOS?
Detrás de las inseguridades y miedos se esconde el apego. Nos apegamos a personas, cosas, situaciones que creemos que son imprescindibles para nuestra felicidad. Creer que nuestro bienestar depende de estar con una persona es apego. El deseo de obtener un trabajo fijo y firmar un contrato de supuesta tranquilidad, es apego. Controlar y sobreproteger a los hijos por su “bien”, es apego.
Esa falsa creencia de que la felicidad se consigue con lo que “tenemos” nos convierte en seres demasiado vulnerables, controladores, desequilibrados, miedosos porque no somos capaces de aceptar que la vida está en permanente cambio y nos sentimos demasiado inseguros cuando nos movemos en la incertidumbre.
Pero entonces ¿es posible vivir sin apegos?
Por supuesto, siempre y cuando seamos suficientemente maduros emocionales para comprender que lo que necesitamos para ser felices está dentro de nosotros, y no fuera.
La felicidad consiste en estar “a gusto” y en paz con nosotros mismos, sentir que todo está bien como está y que no necesitamos nada más.
El problema consiste en seguir creyendo que algo que nos espera en el futuro, nos dará lo que no nos está dando ahora, lo que creemos que necesitamos para sentirnos más felices.
Para cultivar el desapego se necesita equilibrio interno, y para obtener este equilibrio se tiene que querer, aprender y dejarse acompañar por quién ya ha iniciado este camino.
Disfruta, comparte y agradece lo que te da la vida. ¡Nada ni nadie te pertenece porque todo está en permanente cambio!
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