EL EFECTO ESPEJO

¿Cuántas veces nada más conocer a alguien nos ha caído mal? ¿Y quién no ha repetido una conducta igual que hacían los padres?.
Todo aquello que no queremos reconocer de nosotros, aquello que no nos gusta lo escondemos en el desván del inconsciente pero lo vemos reflejado en los demás.

A este síndrome se le llama efecto espejo o sombra según la escuela psicológica de Carl Gustav Jung.

Aquello que reprimimos explota como un volcán cuando nuestra máscara se resquebraja. Esta máscara la utilizamos para evitar que nos dañen y para dar la mejor imagen que creemos que los otros quieren ver.

Cualquier dolor, rechazo, molestia, malestar que te produzca un individuo, no es siempre esa persona responsable de ello, también puede ser que sea algo que está en nosotros, algo que no nos gusta y lo hemos reprimido. Cuando vemos en alguien algo que no somos capaces de identificar en nosotros pero que existe, nos crea un rechazo tal que nuestra conducta hacia esa persona puede ser extremadamente desproporcionada.

Así que ten en cuenta que mucho de lo que ves en los demás nos proporciona información sobre como somos nosotros mismos.

¡Ojo en las relaciones! porque cuando nos enamoramos el efecto espejo también se pone en marcha y acostumbramos a idealizar y atribuir a nuestra pareja virtudes que a nosotros nos faltan… ¡¡peligro!!

Evidentemente, necesitamos una buena gestión emocional, autoconocimiento y autoestima, para poder distinguir nuestros errores y carencias que el efecto espejo produce en nosotros. Te emplazo a que te descargues mis e-books gratuitos donde encontrarás variada información sobre todo ello.